Siguenos en facebook

martes, 23 de marzo de 2010

TRIATLÓN DOBLE OLÍMPICO DE ARINAGA (3-80-20)


El día empieza temprano (5.30) para ducharse y bajar a desayunar al buffet del hotel en el que estamos alojados. Desayuno típico de cualquier día (mucha fruta y frutos secos, yogures con miel y algo de fiambre). Subimos a por la equipación y salimos en coche hacia los boxes.

Coloco todo en su sitio y me pongo el neopreno para calentar unos 200 m antes de ver cómo dan salida a las chicas y luego a los élite, impresionante el nivel de natación de alguno de ellos. 5 minutos más tarde y casi sin darme cuenta, suena el bocinazo y todos para el agua (3.000 m).

Acelero al principio para no llevarme golpes y cojo en el grupo de cabeza las dos primeras boyas, luego el ritmo se incrementa y no puedo seguirles. La primera vuelta voy en la cola de un segundo grupo con varias caras conocidas (Tejedor del Anthus, Orlando de mi equipo, entre otros). Salimos a tierra para dar la primera vuelta, voy bien y no he forzado demasiado.

La segunda vuelta se hace más dura por el oleaje y el viento que ha empezado a ser más fuerte en los últimos minutos. Trago más agua de la que me gustaría y me desoriento para llegar a la penúltima boya, pierdo 30-40 segundos y no consigo enlazar con el grupo.

Llego a la transición y los del grupo acaban de salir con la bici (80 km), me lo tomo con calma y los primeros 10 km voy sin forzar, malas sensaciones, estómago revuelto y con ganas de vomitar. Las piernas poco a poco se calientan y empiezo a tener mejores sensaciones, aunque me pasa mucha gente (30-40 corredores) en los primeros km y no encuentro mi ritmo.

Subimos el puerto (5-6 km) y luego toboganes (sube-baja) que te rompen el ritmo, llego al final y bajo con cautela por la arenilla que hay en algunas curvas y el viento que sopla de costado. Llego hasta el punto de vuelta y noto que se me va a hacer larga la segunda vuelta.

El viento hace su aparición y la subida se hace más dura y en la bajada varios triatletas han tenido que retirarse por caídas o problemas mecánicos. Sigo a mi ritmo y los triatletas ciclistas me dan ánimos, intento mantener la media de velocidad de la primera vuelta pero es imposible por el viento que hace. La bajada me la tomo con calma e intento descansar las piernas para los 20 km que toca correr en el paseo marítimo.

Me noto el estómago encharcado de agua y muy revuelto, me echo agua por encima porque el sol empieza a apretar con fuerza y llego a la transición, me cambio con calma, gorra, tenis y a correr. Los primeros dos km tengo buenas sensaciones y empiezo a adelantar a gente, pero cuando llego al punto de giro y noto el viento de cara que casi no te deja avanzar, me doy cuenta de que hoy no va a ser el día y se me va a hacer largo llegar a la meta. La vuelta se hace más fácil con el viento de culo, pero las cuestas se hacen eternas y el ritmo empieza a decrecer.


Empiezo la segunda vuelta y me planteo pequeñas metas (llegar hasta el árbol, llegar al avituallamiento, ver el faro…) para no pensar en lo que queda. Veo a la gente que también va tocada, algunos caminando, otros completamente parados y casi todos mirando al suelo. La carrera a pie se ha convertido en un desfile de cadáveres, de los que incluso algún élite forma parte.


La tercera vuelta y más difícil desde el punto de vista mental, no sé ni como he llegado a hacerla, porque sólo me he dado cuenta cuando me han dado la pulsera amarilla de última vuelta. La última intento apretar pero no tengo gasolina, me pasan 4-5 triatletas de mi grupo de edad que se han recuperado en esta vuelta y que quieren llegar cuanto antes. El punto de retorno se me hace eterno y a punto estoy de ponerme a caminar. La vuelta cuento de 20 en 20 los pasos que doy para darme ánimos y después de un rato, levanto la cabeza y veo la recta de meta. Llego y me voy directo al kiosco de la comida y bebida (paella, donuts, empanadas de cabello de ángel, aquarius, cocacolas y agua). He llegado vacío, pero no voy a cometer el mismo fallo.

Rodri

No hay comentarios:

Publicar un comentario