Ayer domingo, volvimos a pisar la montaña tras casi dos meses de descanso. Con muchas ganas e ilusión comenzamos los entrenos de una temporada que sin duda será larga y dura por los objetivos que nos hemos marcado. Los grandes retos comenzarán Enero-Febrero con El maratón de El Meridiano, a continuación Transgrancanaria 93km, Tenerife Bluetrail y terminar en el mes de junio con La Transvulcania. Eso en cuanto a pruebas largas, que seguramente salpicaremos con algunas cortas clásicas como El Tanque, Anaga, La Matanza, etc, si el cuerpo aguanta y se ajustan las fechas al calendario de las ultratrail. La zona elegida para ponernos en marcha fue la subida del Barranco de La Goleta desde
Bajamar en La Laguna, cruzando hasta el monumento de los Donantes en los altos de Tegueste y bajando por la Degollada de La Mesa de Tejina hasta nuevamente retornar al cauce del Barranco de La Goleta con vuelta a Bajamar. En principio no se trataba de un recorrido con complicaciones, tan solo algo empinado al principio para ser el primer entreno, pero bastante llevadero con una mañana que amanecía con una temperatura ideal para correr y de un entorno primaveral que presentaba el barranco a pesar de estar a finales de agosto en el norte de Tenerife. En general, aunque fuimos bastante relajados las sensaciones fueron bastante buenas, al termino del recorrido de casi 18 km y casi 4 horas
Luis, Luly y yo (Chevi), nos dimos por satisfechos con nuestra primera toma de contacto. La que hizo algún kilómetro de más fue mi perra Ico, bueno también nos lo hizo hacer a nosotros. A la cabeza del grupo como siempre. Se encontró con un bando de perdices que le nubló un poco la vista, saliendo en persecución de estas barranco abajo. Nosotros seguimos el camino, apenas nos quedaba un par de kilómetros para terminar, marcando el relog 2h.42.00, cuando tomé de nuevo la cabeza del grupo echando de menos la presencia de Ico. Ni rastro de la perra, debió quedarse detrás desorientada, en vez de seguir nuestro rastro, volvió sobre sus pasos.



Cuando ya nos planteábamos repetir el recorrido de nuevo en su búsqueda, a lo lejos la vimos aparecer a todo correr, acercándose a nosotros con las orejas agachadas como una niña traviesa y muy cansada. No la regañé, su cara expresaba que ella también había pasado mal rato. Espero que haya aprendido la lección.
Chevi_7K
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