Entreno Vilaflor_El Portillo(La Orotava) Tenerife Bluetrail
Después de mucho madrugar y un par de horitas en coche, nos encontrábamos con un frío que pelaba a 7.30 de la mañana a las puertas del ayuntamiento de Vilaflor. Isa, Marcos, Rodri. Isra, Ico y Yo (Chevi), nos disponíamos hacer este tramo de La Tenerife Blue Trail que sobre el papel y mirando el perfil se nos antojaba el más duro y empinado de la carrera. A trote corto, intentando matar el frío tomábamos el GR-131 de Tenerife con dirección a los Escurriales. Muy pronto se empieza a notar el desnivel. Nos lo tomamos con calma, combinando trote y treking, ya que no conocemos el camino y queremos guardas fuerzas para la exigente subida a la Degollada de Guájara. El sendero se muestra bastante técnico en sus inicios. Se sube por el cauce de un barranco, para rápidamente remontar un suelo empinado formado por riscos y piedras sueltas. Esta zona da paso a un área agrícola por la cual se puede correr perfectamente, tanto por el desnivel que presenta como por el suelo algo más blando. Dejamos detrás las fincas, para adéntranos en una zona de bosque, formada por pequeños pinos que nos conducirá hasta el Paisaje Lunar. Este tramo discurre prácticamente paralelo a la pista de la Madre del Agua que cruzaremos en algunas ocasiones. A partir de aquí aceleramos el paso. El terreno nos invita a ello, ya que en este tramo y hasta el Paisaje Lunar se muestra bastante plano. Llegamos a un cruce de caminos que nos indica los Escurriales siguiendo el GR-131 a la izquierda y los Escurriales por un PR en dirección al Paisaje Lunar a la derecha. Este es el nuestro, en
este punto abandonamos el GR-131 en dirección al Paisaje Lunar. El sendero continúa estando en perfectas condiciones, con una superficie relativamente blanda, con pequeñas subiditas y bajadas lo que nos anima aumentar un poco el ritmo. Ya estamos casi a la altura de Guájara, hemos dejado detrás Boca Tauce y las cumbres de Vilaflor sin apenas darnos cuenta. Encaramos la subida al Paisaje Lunar, que en sus comienzos continua siendo benévola, ya que transcurre por un lugar realmente bonito, atravesando un pequeño bosque de pino canario, siendo bastante tendido el terreno. Justo antes de contemplar El Paisaje Lunar, empiezan a llegar las primeras
rampitas, sabemos que desde aquí a Guájara el desnivel será importante. Pequeña parada en el mirador del Paisaje Lunar para hidratarnos y de nuevo en camino dejando el lunático paisaje a nuestra derecha. Aquí sí que se empieza a notar el desnivel y la altura a la que nos encontramos. Nuestro siguiente objetivo, enlazar con el Tenerife GR-131 a la altura del Valle de Ucanca, esa será nuestra puerta de entrada a la Degollada de Guájara. Con el sol por encima de nuestras cabezas, la temperatura ya invita a aligerar un poco la ropa de abrigo. Aprovechamos la sombra de los últimos pinos para ello y prepararnos para adéntranos ya en un terreno más exigente tanto por el desnivel como por la altura a la que se encuentra. A ritmo de treking vivo, afrontamos las primeras rampas con los ojos clavados en el sendero. Cruzábamos los altos del Paisaje Lunar, hasta llegar a la singular recta interminable marcada en piedra que nos separa de las faldas de Guájara. Mirándola desde abajo, parece inalcanzable, pero pasito a pasito y poco a poco la vamos dejando a nuestras espaldas, posiblemente estaremos rozando los 2300 metros y subiendo. Una vez arriba, la subida se vuelve algo más tendido por lo que el grupo se anima a correr hasta llegar al Paso de La Degollada de Guájara, donde con el Teide al fondo y Siete Cañadas a
nuestros pies hacemos un alto en el camino para reponer fuerzas. Hemos tardado unas 3 horas hasta aquí y las sensaciones de todos son muy buenas, esperábamos que fuera más duro. También es verdad que nos faltan en las piernas los 30 km. de Los Cristianos a Vilaflor. Bajamos a saco, hasta la pista de Siete Cañadas, aunque no sé si por causas de las nevadas, la noté bastante deteriorada y con muchas piedras sueltas. Habrá que
tener cuidado el día de la carrera con los tobillos. Agrupados en la base, seguimos Siete Cañadas hasta el Parador de Las Cañadas del Teide. Con un día algo más caliente, el sendero nº22 hasta el teleférico iba a ser una buena prueba de toque. Por lo menos fue lo que todos después todos comentamos.....se nos hizo
eterno. Hasta Ico, me pedía agua constantemente, algo bastante raro en ella. La visión del asfalto nos dio un respiro, coincidiendo con el encuentro con Luis, que venía en sentido contrario desde el Portillo. El tramo de asfalto, se hizo bastante desagradable por la cantidad de tráfico que circulaba por las Cañadas a esa hora, por lo que la visión de la entrada a Montaña Blanca realmente fue un alivio. Las fuerzas andaban justas y algo cansados nos tomamos con calma la subida hasta el mirador del Lomo de Los Tomillos. Ico pareció resucitar con la visión de la nieve, sufriendo uno de esos ataques de alegría loca, revolcándose y dándole dentelladas a la nieve fresca lo que por lo visto cargó sus baterías 100%, porque parecía otra perra después del atracón.
Había costado llegar al mirador de Los Tomillos y aún restaba bajar hasta las cercanías de La Fortaleza y desde allí hasta el Centro de Visitantes. Tras 6h 35 26 y 35.560 km llegamos al final del entreno, con la satisfacción de haber realizado un buen entreno y teniendo claro que llegar a la meta de La Orotava va ser muy duro.
Fotos:
Chevi_7k
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